Ponferrada, capital de la comarca del Bierzo, antigua PonsFerrata (Puente de Hierro), debe su nombre al puente medieval reforzado en hierro del siglo XI, sobre el río Sil, mandado construir por el obispo de Astorga para dar servicio a los peregrinos que iban a Santiago de Compostela.
Tuvimos la suerte de que coincidiera nuestro viaje con los festejos de la Noche Templaria, que se celebra bajo la luz de la primera luna llena de verano. Representa la llegada de Fray Guido de Garda, Maestre de la Orden de los Caballeros Templarios, para entregar a la ciudad la custodia de El Santo Grial y el Arca de la Alianza.
Nos alojamos en el hotel El Castillo. ubicado en un sitio privilegiado para disfrutar de los festejos y poder pasear por el casco antiguo de la ciudad.
Cuando llegas a Ponferrada te recibe su espectacular castillo, uno de los enclaves templarios más importantes de Europa (S. XII – XIV). ubicado en una pequeña colina, con una superficie de 8000 m2. La visita cuesta 6 euros y a nosotros nos acompañó una fina lluvia durante el recorrido. Las vistas desde sus almenas y su historia (alguien pensó una vez en hacer dentro de sus murallas el campo de futbol de la Ponferradina) te sorprenderán, ha sufrido una gran rehabilitación pero el resultado es espectacular.
A los pies del castillo está la iglesia de San Andrés (S. XVII) donde se encuentran algunos de los más famosos pasos de la Semana Santa ponferradina y el Cristo Crucificado de la Fortaleza (S. XIV).
Subiendo la calle nos encontramos el museo de la radio Luis del Olmo, tiene su sede en “La Casa de los Escudos”, casona del siglo XVIII, su fachada principal está ornada con una olorosa glicinia que trepa por sus muros desde el siglo XIX y su tronco envejecido está sustentado por una horquilla de hierro.
Seguimos caminando y llegamos a la plaza de la Virgen de la Encina, donde se levanta la Basílica de Nuestra Señora de la Encina (S. XVI-XVIII) y donde se venera a la patrona de Ponferrada. En la plaza le antecede una escultura de la Virgen y una encina, de Benancio Blanco, que rememora la historia del hallazgo de la talla de la Virgen, cuentan que la descubrieron los templarios en el interior de una encina mientras se proveían de madera para la construcción del castillo.
Nuestro recorrido continúa por la calle del Reloj, que nos lleva hasta la Torre del Reloj, levantado sobre una de las puertas de la antigua muralla (S. XVI), por ella entramos gozosamente a la Plaza del Ayuntamiento, allí podemos admirar la fachada del ayuntamiento (S. XVII).
En esta plaza nos encontramos un entrañable barquillero, aunque no nos ofrecerá barquillo alguno porque es una estatua de bronce de Oscar Alvariño y es en honor a José Cortés, barquillero y vendedor ambulante de obleas, natural de Parada del Sil.
Nos fuimos con buen sabor de boca de Ponferrada. Su casco antiguo estaba muy bien conservado y resultaba muy agradable pasear. La Noche Templaria le dio un toque espectacular. La comida muy buena y a muy buen precio. El hotel cumplió la espectativas previas. Muy cerca de los Ancares y las Médulas para hacer alguna ruta senderista, así como de Villafranca de Bierzo, paso obligado del Camino de Santiago.