El año pasado (2022) hicimos El Camino de Santiago comenzando en Sarria. Este año (2023) hemos hecho la continuación de Santiago a Fisterra y Muxía. Este camino es mucho más tranquilo y menos transitado que el de Santiago.
Volver a Santiago de Compostela
Esta vez llegamos a Santiago en avión desde Zaragoza, pasamos el primer día volviendo a recorrer sus maravillosas calles y recordando la alegría de nuestra llegada después de hacer El Camino desde Sarria.
Fuimos a las doce a la Catedral de Santiago a la misa del peregrino que la anterior vez no llegamos a tiempo.
Tuvimos una gran sorpresa a la salida, ya que nos encontramos con el “Desfile de Entroidos Tradicionais”, Entroido es el carnaval gallego. Hoy esta fiesta tiene mucha importancia y once carnavales gallegos exhiben la calificación oficial de “Fiesta de Interés Turístico”.
Nos encantó y emocionó esta variedad de disfraces y tradiciones gallegas. Algo tan interesante e inesperado, nos hizo comenzar este nuevo camino con mucha ilusión.
1ª Etapa: Santiago de Compostela – Negreira
Con mucha alegría comenzábamos donde habíamos acabado el anterior camino, en Santiago, y en este caso nuestro destino era Fisterra.
Estábamos alojados en Casa Diocesana Vía Lucis, muy cerca de la Carballeira de San Lorenzo, donde se encuentra el primer mojón del Camino a Fisterra.
Salimos a las 7,30 de la mañana para comenzar nuestra aventura y después de una pequeña subida pudimos disfrutar de un bello amanecer con las torres de la catedral de Santiago de fondo.
El camino que está totalmente señalizado por mojones, conchas y flechas, va discurriendo por bosques de carballos (robles), pinos, eucaliptus y castaños.
La primera posibilidad para tomar un buen desayuno la encontramos en el Alto do Vento, donde hay un bar-restaurante, Mesón Alto do Vento. Pasamos junto al puente sobre el Rego Dos Pasos, rehabilitado recientemente.
El camino nos lleva A Ponte Maceira, catalogado como uno de los Pueblos más bonitos de España, cruzamos el río Tambre por uno de los puentes más bonitos del camino A Ponte Vella, edificado en el Siglo XIII sobre los pilares del antiguo puente romano, pero reformado en el Siglo XVIII.
Muchas leyendas acompañan a este puente, entre ellas la que cuenta que los discípulos del Apóstol Santiago el Mayor cuando escapaban de los romanos para encontrar un lugar donde enterrar al propio Santiago, cruzaron el puente y al pasar los romanos sobre él, este se vino abajo. En el río tenemos una cascada y la presa del río Tambre.
A la derecha del puente divisamos El pazo de Balandrón. Se trata de un palacete gallego construido en la década de los cincuenta, el entorno del río y su frondosa vegetación, le componen el marco perfecto para lucir digno y majestuoso.
Nada más cruzar el puente nos encontramos de frente con la Capilla de San Blas o San Brais de Portor, construida en el s. XVIII y posteriormente (en el XIX) se le incorporó un ábside semicircular neorrománico.
Dejamos el pueblo y continuamos nuestro camino, en breve llegamos a Negreira, la mayor población que cruza el peregrino antes de llegar a la costa.
En Negreira nos alojamos en el Albergue Turístico de Logrosa, una casa rural de piedra del siglo XVIII, con habitación doble y baño compartido, la casa dispone de todo lo necesario para un buen descanso en el camino y cuenta con un bello jardín para poder relajarte y descansar. Luis el dueño te acerca a Negreira y te recoge si es necesario, amabilísimo.
2ª Etapa: Negreira – Lago
Aunque casi todas las rutas que hemos visto van de Negreira a Olveiroa, nosotros hemos recortado 5 Km el recorrido y nos quedaremos en Lago.
Seguimos las señalizaciones del camino y esta vez tenemos un poquito de niebla, pero la temperatura es estupenda y el camino está plagado de bosques de eucalipto y campos con bellos colores del brezo, sigue siendo un paisaje cautivador.
En el Km 61,130, nos encontramos este indicador con un bello crucero.
El camino continúa por campos de maíz y salpicado de la arquitectura popular de esta tierra, los hórreos.
Después de un pequeño tentempié seguimos nuestro camino pasando frente a algunas granjas y naves con vacas.
Tenemos una pequeña subida y disfrutaremos de excelentes vistas sobre la comarca, y en especial sobre el gran embalse de Fervenza, construido en 1966, sobre el curso medio del río Xallas.
Tras una curva cerrada, la bajada finaliza en el pueblo de Lago, es una pequeña aldea en la que viven 22 familias que se dedican principalmente a la ganadería.
Nos alojamos en el Albergue Monte Aro, el desayuno y la cena buenísimos, el albergue cuidado y limpio. Comenzó a llover cuando llegábamos, preludio de lo que sería la siguiente etapa.
3ª Etapa: Lago – Cee
Esta vez el tiempo nos ha cambiado y la lluvia se va a convertir en nuestra compañera de viaje. En algunos tramos un fuerte viento nos dificultará el camino.
Lo más destacable del camino es que después de una bajada llegamos al mar en Cee, ver ese Océano Atlántico hace que el cansancio desaparezca.
Comenzamos con una fina lluvia hasta Olveiroa, aquí la lluvia empieza a ser más fuerte. Pasamos por unos bellos hórreos que te transportan a esa Galicia rural donde no ha pasado el tiempo.
Continuamos entre bosques, con unas impresionantes vistas del río Xallas a nuestra izquierda y del embalse de Castrelo – Olveiroa. Sigue lloviendo.
Cuando cruzamos el Concello de Dumbría nos encontramos con una leyenda que desconocíamos y nos deja sorprendidos. Se trata del Vákner, una figura mitológica que aterrorizaba a los peregrinos en la Edad Media.
El texto en el que se habla sobre la existencia del Vákner data del Siglo XV. Se cuenta que el obispo armenio Mártir de Arzendján emprendió un viaje de 7 años que le llevó a Santiago. Después, en el camino hacia Fisterra, se topó con esta bestia salvaje, grande y dañina, de la que logró escapar sin perjuicio alguno, la historia siguió circulando de boca en boca en las zonas rurales de la Costa da Morte hasta llegar a nuestros días.
El Vákner se convirtió en una figura misteriosa y fascinante que ahora se ha inmortalizado con la colocación de la primera estatua que hay en España dedicada a un hombre lobo.
En el denominado Camino Real, entre los municipios de Muxía y Fisterra, los peregrinos se encuentran con esta figura. Es una imponente escultura de bronce de casi cinco metros de altura, creada por el artista Cándido Pazos.
Cuando llegamos a la altura de Hospital nos encontramos dos mojones uno nos dirige a la izquierda direccion Fisterra y otro a la derecha dirección Muxía, aquí se separan los caminos. Nosotros continuaremos dirección Fisterra.
Al llegar a un antiguo cruceiro, Cruceiro Marco do Couto, que marca otra intersección nosotros seguimos dirección Fisterra por un camino de tierra que nos conduce hasta la Ermita de Nuestra Señora de las Nieves.
En Hospital se encuentra el último bar hasta Cee, de forma que nos quedan 15 km sin ningún tipo de establecimiento, ni pueblo y el camino irá discurriendo por bellos bosques de castaños, robles y pinos.
Podremos disfrutar de la calma, el silencio y la belleza de la jornada. En nuestro caso prácticamente fuimos solos todo el camino, nos cruzamos con muy poquitos peregrinos, eso sí, la lluvia no dejó de acompañarnos. Es recomendable llevar agua y comida.
Al comenzar una fuerte bajada vemos por fin el Océano Atlántico, una alegría para la vista, nada más verlo pensé “Ha merecido la pena”.
Desde aquí tenemos unas espectaculares vistas de la Ría de Corcubión y del Cabo Fisterra, situados en el extremo sur de la Costa da Morte.
Seguimos nuestro camino viendo la playa y llegamos a nuestro destino CEE. Cee está ubicada en el último tramo del camino y es nuestro primer contacto con el mar.
Aunque llegamos empapados, por la tarde salió el sol y pudimos disfrutar de la ciudad y de sus playas. Ya sólo nos quedaba una etapa para nuestra meta, Fisterra.
En Cee nos alojamos en Hotel La Marina Costa da Morte.
4ª Etapa: Cee – Fisterra
Ya estamos en nuestra última etapa y además es la etapa más corta, salimos tempranito llenos de euforia la meta está muy cerquita.
Lo primero que nos encontramos es un bello amanecer con el Océano Atlántico y sus barquitas en primer plano, esto promete.
El camino nos dirige a Corcubión, siempre siguiendo las indicaciones que están en todo el Camino.
Corcubión es un bello pueblo con un casco antiguo que fue declarado Conjunto Histórico-Artístico. Cruzamos por delante del Pazo de Altamira del Siglo XV, y el camino también nos lleva a la iglesia románica de San Marcos datada del siglo XII, con posteriores reformas en el Siglo XIV, XV, XVIII y XIX.
Salimos del pueblo adentrándonos en el monte y después de una pequeña subida podemos disfrutar de unas bonitas vistas del pueblo y del mar.
Después de un pequeño descenso llegamos a las playas de Estorde. Pasamos Estorde y nos adentramos por un sendero continuando sin pérdida hasta la Playa de Sardiñeiro.
Una vez pasado Sardiñeiro tomamos un camino que discurre entre bosques de pino y eucaliptos y desde aquí ya podemos divisar una espectacular vista del cabo de Finisterre.
Tenemos un fuerte descenso, y seguimos un sendero que conduce hasta la solitaria cala de Talón. Pequeña cala escondida entre pinares, lugar tranquilo y con un paisaje paradisíaco.
Seguimos caminando hasta llegar a la Playa de Langosteira, es un largo arenal de poco menos 2 kilómetros localizado junto al célebre cabo Finisterre, la playa se caracteriza por su arena blanca y muy fina, además de por sus aguas de color turquesa.
Seguimos de la playa de Langosteira hasta el Barrio de San Roque y llegamos, por fin, a la ansiada Finis Terrae, Finisterre o Fisterra.
Una de nuestras bellas sorpresas es encontrarnos con la “Cruz de Baixar” del siglo XVI.
“Es de granito con la imagen de cristo crucificado en el anverso y la virgen con niño sobre una medialuna y rosario en el reverso. El pedestal esta incrustado en una gran roca, a modo de plataforma para ser divisado a la distancia. El lugar tiene una vista panorámica de la bahía que lo hace un mirador turístico por excelencia”. Fuente: AdianteGalicia.
Por fin llegamos al pueblo de Finisterre, en la plaza de la Constitución en la Oficina Municipal de Turismo conseguimos la Fisterrana, que orgullo y alegría hemos sentido. El documento es gratuito.
La Fisterrana es una Certificación oficial que se obtiene en la Oficina Municipal de Turismo acreditando que se ha llegado al “fin del mundo”, Fisterra o Finisterre.
La acreditación del Camino recorrido se efectúa con la Credencial del Peregrino en la que se van poniendo sellos o firmas de las parroquias, albergues o sitios representativos de los pueblos por donde transcurre la peregrinación.
Por la tarde iremos a la visita obligada del Faro de Fisterra y a ver la puesta de sol, ahora vamos al hotel a descansar. Nos alojamos en el Hotel Ancora, comeremos y después visitaremos el pueblo tranquilamente.
Finisterre – Fisterra
Lo primero que recorremos son sus bellas calles y nos encontramos con la capilla de Nuestra Señora del Buen Suceso, templo de estilo barroco, del siglo XVIII.
Castillo de San Carlos, una fortificación defensiva mandada construir en época del rey Carlos III de España, en el Siglo XVIII, para defender la costa de los ataques de barcos extranjeros, en la actualidad alberga el Museo del Mar.
Playa do Mar de Fóra, cuenta con unas pasarelas de madera a través de la cual se puede acceder a ella. Debido a su sistema de corrientes es una playa algo peligrosa para el baño, con arena fina y fuertes corrientes. Un sitio privilegiado para pasear y disfrutar de la naturaleza casi en solitario.
Con mucho ánimo nos ponemos en marcha para ver el faro de Fisterra, unos 3,5 km y disfrutar de su puesta de sol, dejaremos el puerto para mañana por la mañana.
No hay pérdida, ya que la subida al Faro está perfectamente indicada. Subimos paralelos a la carretera, con esplendidas vistas de la ría y los montes de Pindo y Carnota.
Antes de llegar al Faro nos encontramos con la Iglesia de Santa María de las Arenas o Santa María das Áreas, templo románico del Siglo XII que alberga la imagen del Santo Cristo da Barba Dourada o Santo Cristo de Finisterre, talla de estilo gótico del Siglo XIV relacionada con innumerables leyendas.
“Se dice que viajaba en un barco holandés o inglés, que al pasar por las costas de Finisterre se vio rodeado por una tempestad que a punto estaba de hundir la nave. Para liberar peso, los tripulantes tiraron varios objetos al agua, entre ellos el Santo Cristo.
Cuando la talla alcanzó el agua, la tormenta cesó al instante, siendo interpretado como un presagio de que el santo quería pasar el resto de su existencia en el fin del mundo“. Fuente: Wikipedia.
Llegué a las 6 y se estaba celebrando la misa del peregrino, como éramos muy poquitos fue algo entrañable y familiar.
Junto a la iglesia, se encuentra un crucero gótico del siglo XV con forma de cruz griega, uno de los más antiguos de Galicia.
Seguimos subiendo y nos encontramos con el monumento al peregrino, realizado en bronce, lugar idóneo para ver el paisaje y hacer la consabida fotografía para el recuerdo.
Unos metros más arriba llegamos, ahora si, al final de nuestro camino, al Km 0 del Camino Santiago-Fisterra, ahora vamos a disfrutar de todo lo que nos ofrece este lugar que es mucho.
Detrás tenemos el Faro de Fisterra, fue construido en 1853, la constante niebla del invierno provocó que se le añadiera un edificio anexo con una sirena en 1889 para avisar del peligro a los navegantes.
Recorremos el lugar el cual está bastante concurrido y admiramos sus paisajes hasta la ansiada puesta de sol en el Fin del Mundo.
Pasado el Faro hay una pequeña bajada que nos lleva a la escultura “La bota del peregrino” Se trata de un pequeño monumento en bronce, originalmente eran dos botas juntas, pero una la robaron.
El monumento hace referencia a la ancestral tradición de los peregrinos de quemar las ropas usadas en la peregrinación y dejar las botas. Era un rito purificador, el fin del camino y el comienzo de una nueva vida.
Ahora sólo nos queda buscar un sitio agradable para sentarnos y disfrutar de esa bella puesta de sol en el Finis Terrae según los romanos, la leyenda cuenta que aquí estuvo el Ara Solis, donde las tribus celtas celebraban sus ritos solares.
Avisaros que hace bastante viento, aconsejable subir una chaqueta y buscar un lugar protegido entre las rocas y ya dejarse llevar por un espectáculo majestuoso y lleno de historia y leyendas.
Al día siguiente iremos a Muxía, pero ya no lo haremos andando sino en autobús. Los autobuses salen cerca del puerto, de la estación de autobuses. Fuimos con Monbus hora las 11,30, el trayecto dura una media hora. El precio fue de 2,50€.
Como teníamos tiempo fuimos al puerto de Finisterre, un pequeño paseo disfrutando de la mañana, de sus paisajes matinales, con pequeñas barcas y muchas gaviotas. La lonja se puede visitar todos los días a las 4 de la tarde.
Muxía
Lo primero que hicimos fue ir al hotel para dejar las mochilas, nos alojamos en el Hostal Hábitat Muxía II.
Primera sorpresa, estaban en fiestas, la pena es que no pudimos ver la romería de la Virgen de la Barca porque era el domingo y nosotros nos íbamos el viernes por la tarde.
Nuestra primera visita fue al Santuario de Nuestra Señora de la Barca y las piedras de su entorno llenas de leyenda, el paisaje aquí es más agreste, el mar es más agresivo, sus olas atacan sin descanso a las rocas, el paisaje es espectacular.
Cuenta la leyenda, que aquí es el lugar donde la Virgen llegó en una barca de piedra para infundir ánimos al Apóstol Santiago que estaba predicando el Evangelio en estas tierras.
Al lado del santuario se encuentra el pequeño faro blanco que advierte de los peligros de estos mares a todos los barcos y navegantes.
Un poco más arriba del Santuario está el Km 0 del Camino de Santiago a Muxia, delante del monumento A Ferida.
Este monumento se trata de un monolito de 400 toneladas y 11 metros de altura esculpido en granito en forma rectangular. Su estructura se encuentra partida por la mitad, formando una grieta que simboliza una herida sangrante. Obra del escultor burgalés Alberto Bañuelos-Fournier.
El 19 de noviembre de 2002, el Prestige, un petrolero cargado con 70.000 toneladas de fuel, se partía en dos frente a las costas gallegas, esto formaría una marea negra que causaría una de las tragedias ecológicas más graves en la zona.
En A Costa da Morte, disfrutarás de bellísimos paisajes enmarcados en la costa más agreste y salvaje.
Podría quedarme rato y rato sólo viendo batir las olas contra las rocas, es un paisaje hipnótico, bello, duro y a la vez acogedor.
Una de las cosas que hemos disfrutado en el camino es de estas flores que lo embellecen, las hortensias, están por doquier y no las he visto tan bellas como aquí.
Por último hablar de la comida, espectacular, riquísima paella de peces y marisco, pescados, zona de percebes y navajas, caldo gallego, empanadas y por supuesto tarta de Santiago. Y sus ricos vinos.
Aquí finalizamos un viaje recomendable por sus paisajes, sus gentes, su gastronomía y en nuestro caso por su clima.
Hoy toca marchar a Santiago, al aeropuerto y llegada Zaragoza.
Tomamos el autobús Monbus destino a Santiago a las 16,00, lo cogemos en el mismo sitio que nos dejó y el precio son 7€, se tarda poco menos de dos horas. El autobús nos deja en la estación de autobuses y allí mismo cogemos el autobús que nos lleva al aeropuerto, precio 1 €.
Información complementaria
Preliminares y preparación: Volvimos a confiar en Correos para trasladar la mochila grande y también en Booking para los alojamientos.
Aplicación Buen Camino de Santiago: Una aplicación para descargarla al móvil y tener a mano toda la información que se pueda necesitar.
Página web oficial del Camino de Santiago.
2 comentarios
Una guía del camino estupenda, detallada y amena.
Gracias Elena.